viernes, 19 de julio de 2013

Sigue las reglas del equilibrio para adelgazar sin sufrir y con salud

La clave para perder peso y no recuperarlo es llevar una dieta equilibrada, y eso es tarea fácil: tan solo te hace falta aplicar estas siete claves para conseguirlo.

Evita los "atracones" 

Más comidas/menos picoteos
La relajación del horario veraniego muchas veces nos lleva a saltarnos la comida y, en su lugar picotear. Pero si inviertes la situación:
Seguirás mejor la dieta. Si haces 5 comidas al día con menús equilibrados (incluyendo un tentempíe a media mañana y la merienda a media tarde) tu organismo siempre tiene "combustible" y por eso no caes en la tentación de picotear.

Más ingredientes/menos refinados
El pan, la pasta, el arroz y en general todos los cereales son fundamentalmente alimentos energéticos, ya que son una importante fuente de hidratos de carbono complejos. Deben formar parte de todas las comidas del día, aunque los debes de incluir en cantidades moderadas y elegir los que sean integrales.
Te sentirás saciada. Contienen las mismas calorías que los refinados, pero también aportar fibra, vitaminas del grupo B y minerales, por lo que te nutren mejor y evitan los ataques de hambre entre horas.

Más desayuno/menos cena
Disfrutar de un desayuno ligero y saciante puede llevarte solo entre 15 y 20 minutos. Y si tienes en cuenta que a lo largo de la mañana es cuando se suelen desarrollar más actividades, vale la pena planificar esta comida.
Tendrás menos hambre. Un lácteo, una ración de cereales y fruta fresca es lo esencial para el desayuno. Te proporcionará energía durante todo el día y evitarás así tener sensación de hambre constante.
Y no acumularás grasa al dormir.
Por la noche el gasto de energía es mínimo, por lo que si la cena es copiosa no gastarás el exceso de calorías y lo almacenarás en forma de grasa.

Más fruta y verdura/menos grasas
El verano te lo pone fácil para cumplir esta sencilla regla que te va a beneficiar en todos los sentidos:
Verás el plato lleno. Ninguna hortaliza o fruta engorda (excepto si las fríes o rebozas), aunque tomes muchas. De ahí que sean el alimento de primera elección en las dietas. Además, producen mayor sensación de saciedad que otros alimentos (por su riqueza en agua y fibra), por lo que comiendo verduras y frutas te sentirás llena sin sensación de pesadez e ingiriendo solo unas pocas calorías.
Y facilitarás la pérdida de peso. Limitar la ingesta de carnes grasas, embutidos, lácteos enteros, mantequillas, fritos, precocinados.... es esencial para acumular grasa y empezar a perder peso.

Más agua/menos sal
Cuando te sientes hinchada y pesas un par de kilos más de lo que suele marcar la báscula, es fácil pensar que has engordado cuando en realidad esos kilos de más pueden ser temporales y deberse a que estás reteniendo líquidos.
Beber evitar la retención. Aunque pueda parecerte paradójico, si no tomas líquido suficiente, tu organismo tenderá a retenerlo para poder cumplir con sus funciones. No esperes a tener sed y bebe de 6 a 8 vasos de agua durante el día.
La sal te hincha. Cuando la tomas moderando la cantidad (no más de 2 gramos de sal de mesa al día), eliminas la que te sobra sin dificultad. En cambio, si te excedes con ella, el cuerpo no la puede expulsar correctamente y puedes retener líquidos. Retira el salero de la mesa, y no abuses de quesos curados, encurtidos, salazones y conservas... ya que aportan mucho sodio.

Más ejercicio/menos calorías
La actividad física unida a una dieta menos calórica es la única combinación que te permite "quemar" el exceso de grasa corporal.
Para mantener tu ánimo. Cuando haces ejercicio físico segregas endorfinas, que mejoran tu sentimiento de bienestar. Por ello, te sentirás más animada para seguir la dieta.
Y evitar luego recuperar peso... La práctica de ejercicio físico regular no solo tonifica y fortalece los músculos, sino que también evita que aumentes de talla.



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