lunes, 16 de septiembre de 2013

ASÍ FUNCIONA

A pesar de que pasa desapercibido, pues no suele doler y la linfa no ocupa ningún lugar definitivo (y sin embargo está en todas partes), el sistema linfático es crucial para mantener la salud. Además de depurar el organismo es el encargado de producir las células defensivas o linfocitos. El sistema está formado por una compleja red de vasos que recogen el líquido de los tejidos de todas las partes del cuerpo y los desechos que no se han reabsorbido por vía venosa, ayudando a su eliminación.
Para que esto suceda, la linfa, un líquido formado por agua y linfocitos, que además arrastra las proteínas y el agua sobrante entre los tejidos, debe recorrer sin dificultad los 120.000km de vasos linfáticos del organismo. En su recorrido, se encontrarán con los ganglios, que forman 600 y 700 nudos por el cuerpo, las amígdalas, el brazo, el timo, la médula ósea y las placas de Peyer (agrupaciones de vasos linfáticos que proliferan en las regiones mucosas del intestino grueso y en el apéndice).
En estas "estaciones" la linfa, que además de gérmenes puede llevar residuos sólidos, se filtrará y tendrá lugar la acción bactericida de los linfocitos. Y una vez limpia, se verterá en el torrente sanguíneo.

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